problemas en el ministerio de alabanza

12.09.2013 12:36

Es importante darse cuenta de que estos momentos vendrán. Ocurrirán desastres. ¿Estás  preparado para ellos?

A través de muchos incidentes, he aprendido que los momentos de este tipo pueden ser más de bendición que de maldición  si respondes correctamente.

Te presento 5 maneras para responder ante estos “desastres”

1-Asume responsabilidad: Cuando algo sale mal es fácil empezar a señalar con el dedo. Pero los líderes se adueñan del error. Ellos lo reconocen como un punto ciego en su liderazgo, así que frases como: “Lo siento, no corras, no te escondas, no pongas excusas”, ya le son familiares en su cabeza. El líder asume responsabilidad.
2-Comprende en donde está tu identidad: Es importante que sepas  quién eres antes de poner un pie en un escenario, de esa manera el éxito no dicta si eres o no eres hijo de Dios. El fracaso no va a hacer que dudes de tu vocación, me gusta lo que dice Bob Sorge “Dealing With the Rejection & Praise of Man” (Luchando contra el rechazo y alabanza del hombre): 

“Me di cuenta de que Jesús tenía la costumbre de orar después de sus éxitos del ministerio. Por ejemplo, después de alimentar a los cinco mil  inmediatamente partió hacia la montaña para orar. Por mucho tiempo tenía la costumbre de invertir toda la energía de mi oración antes de empezar a ministrar, cuando terminaba  de ministrar me relajaba. Pero Jesús se entregó a la oración después. Esto no sólo le guardaba de la tentación, pero también era su oportunidad de ser renovado en la afirmación de su Padre. Este fue el momento en que el Padre le diría, ‘Bien hecho, hijo mío! “

3-Modifica tu sistema de trabajo: A menudo el fracaso se debe a que no le hemos dado seguimiento a nuestro sistema de trabajo o nuestro sistema necesita ser modificado. Es importante poner atención a esos momentos cuando nada sale de acuerdo a lo planeado. Pregúntate a ti mismo: ¿fue falta de comunicación o preparación? ¿Se dio por inercia del momento o tiene que ver con un desgaste en el ministerio? Modifica tus métodos si es necesario pero no permitas que el fracaso o el éxito influyan en tu identidad.

4-Redefine el éxito: Es en esos momentos en los que nada sale de acuerdo al plan,  tenemos la oportunidad de redefinir el éxito. En mi caso, yo estaba demasiado obsesionado con mirarme y sonar bien. Yo estaba completamente centrado en la ejecución musical impecable. Una mejor imagen de éxito habría sido que el pueblo de Dios se conectara con su Creador en la adoración. El solamente verme y sonar muy bien, y que todo el mundo alabe mi brillantez musical es un éxito triste.

5-Enseña a otros: ¿No te gustaría poder barrer tus fracasos bajo la alfombra, ahí donde nadie los vea, para siempre olvidados? Parte de lo que hace a un líder un magnífico líder  es que aprende de sus errores y enseñan a los demás a través de él. No esconden lo que salió mal y siempre ponen su mejor pie adelante. Ellos usan sus errores para invertir en otros líderes, enseñándoles cómo responder y hacer frente a dificultades. 

Así que la próxima vez que te enfrentes a un desastre  no te desanimes. Toma responsabilidad, ajusta los sistemas necesarios. Entiende que  tu identidad no se basa en ningún éxito o el fracaso, sino en el amor de Dios para ti. Acuérdate que el verdadero éxito es enseñar a los demás a través de lo sucedido.

 Aprovecha estas oportunidades para aprender y crecer.